GAUDÍ
G Experiència es el único espacio expositivo en el mundo dedicado a Antoni Gaudí que recoge toda la vida y obra del arquitecto catalán en formato interactivo.
A continuación te ofrecemos una muestra de la información recogida en nuestros paneles interactivos.
INTRODUCCIÓN
La vida y obra de un arquitecto innovador
¿Sabías que la Sagrada Familia no es el único proyecto que dejó inacabado? ¿Y que 7 de sus obras han sido declaradas Patrimonio Mundial de la Humanidad?
G Experiència recoge, de forma interactiva, la vida y obra del arquitecto catalán, desde su nacimiento en Reus en 1852 hasta su muerte en Barcelona a los 74 años. Grandes paneles interactivos en 9 idiomas te permitirán descubrir su vida, obra, y proyectos. También podrás contemplar una maqueta del Park Güell y otra del Hotel Attraction de Nueva York, proyecto que Gaudí nunca llegó a materializar.
¿Quieres saber qué vas a encontrar en la exposición? Aquí tienes algunas pinceladas de la información, como la biografía de Antoni Gaudí o sus obras.
«G Experiència no es sólo una experiencia contemplativa, sino una experiencia total, inmersiva, en la que se implican todos los sentidos y todas las dimensiones.»
JOSEP MARIA MAINAT Y TONI CRUZ
Idea y promotores – Crumain Iniciatives
OBRA ARQUITECTÓNICA
Un repaso a la obra de Gaudí
¿Sabías que la Sagrada Familia no es el único proyecto que Antoni Gaudí dejó inacabado? Y ¿sabes cuántas obras realizó para la familia Güell? ¿Te has preguntado alguna vez cuántos de sus edificios son de carácter religioso?
Estas son las obras arquitectónicas de Gaudí que encontrarás en G Experiència. ¿Quieres saberlo todo sobre ellas utilizando la tecnología interactiva más avanzada? Ven, toca, aprende y disfruta.
Listado de sus 27 obras
Escuelas de la Sagrada Familia
(1908-1909)
Calles Sardenya y Mallorca. Barcelona
La Asociación de Devotos de San José, la entidad que décadas atrás había impulsado el proyecto de la Sagrada Familia, encargó en 1908 a Antoni Gaudí un edificio para las escuelas de los niños de la parroquia. La nueva construcción se erigió en los terrenos donde más adelante se tendría que construir la fachada de la Pasión del templo, por lo que se preveía desmontarla. A pesar del carácter provisional y las modestas dimensiones del proyecto, Gaudí consiguió con estas escuelas una pequeña obra maestra, admirada por célebres arquitectos como el racionalista Le Corbusier, que al contemplarla en 1928 quedó maravillado por su belleza y funcionalidad. Las escuelas fueron destruidas en el transcurso de la Guerra Civil y se reconstruyeron cuando finalizó. Actualmente, desplazadas unos cuantos metros para dejar sitio a las obras de la Sagrada Familia, albergan un pequeño museo.
Las escuelas de la Sagrada Familia estaban formadas por un único edificio, que en el interior se dividía en tres aulas. Fueron construidas con ladrillo, material barato ideal para un proyecto que tenía un presupuesto muy reducido. Lo que destaca más del conjunto es la forma ondulada de las paredes y el tejado, original disposición con la que Gaudí dotó a las escuelas de sugestiva plasticidad, a la vez que les proporcionaba una gran solidez estructural. En el caso del techo, además, el perfil sinuoso constituye una magistral solución para desaguar en días de lluvia.
Cripta de la Colonia Güell
(1908-1914)
Calle Claudi Güell. Santa Coloma de Cervelló (Baix Llobregat)
En 1898 Eusebi Güell encargó a Antoni Gaudí la construcción de una iglesia para la colonia textil que había fundado en las afueras de Barcelona en 1890. El arquitecto planteó un ambicioso proyecto y le dedicó diez años de estudios previos, durante los cuales desarrolló una innovadora maqueta estereostática del templo. La primera piedra se colocó en octubre de 1908 y seis años más tarde, en octubre de 1914, Gaudí abandonó las obras, una vez el proyecto resultó económicamente inviable para los Güell. De la iglesia, que tenía que contar con una nave inferior y otra superior con torres de cuarenta metros de altura, tan solo se había construido la primera, la cripta, nombre con el que pasó a ser conocida popularmente.
A pesar de estar inacabada, la iglesia de la Colonia Güell está considerada una de las obras maestras de Gaudí, en la que se anticipan muchas de las soluciones estructurales que el arquitecto aplicaría en la Sagrada Familia. El pórtico de entrada a la cripta está conformado por columnas inclinadas y bóvedas paraboloides hiperbólicas, utilizadas aquí por primera vez en la historia de la arquitectura. Esta insólita forma geométrica se repite en los muros del templo, de perfil estrellado, en los que se abren grandes ventanales con vidrieras que combinan cruces y formas vegetales. Tanto los muros como el pórtico incorporan detalles ornamentales de trencadís, con motivos naturales y religiosos. En el interior de la cripta, Gaudí consiguió un espacio diáfano gracias al uso de pilares inclinados de piedra y ladrillo. Sobre estas columnas, los arcos catenarios y los nervios que sostienen el techo constituyen uno de los panoramas más espectaculares del universo gaudiniano.
Torre Damià Mateu, La Miranda
(1906-1907)
Calle Major. Llinars del Vallès (Vallès Oriental)
La Miranda es el nombre con el que se conocía popularmente una torre mirador construida entre 1906 y 1907 en uno de los extremos de la finca de veraneo que el industrial Damià Mateu i Bisa tenía en Llinars del Vallès, al lado de la riera de Giola. La construcción fue un regalo de Mateu a su esposa, que la utilizaba de cuarto de costura y lugar de encuentro con las amigas. Los bajos se utilizaban, así mismo, como cocheras. Del proyecto de La Miranda tan solo se conserva un dibujo, firmado por el discípulo de Gaudí Francesc Berenguer i Mestres. Sin embargo, algunos elementos del conjunto llevan a pensar a los especialistas que el propio Gaudí participó en la obra y que, por lo tanto, se trataría de una colaboración entre ambos, tal y como sucedió en las Bodegas Güell del Garraf.
La torre, de tres plantas y perfil cilíndrico, estaba realizada con ladrillo y mampostería y cubierta, en el mirador de arriba del todo, con una cúpula revestida de trencadís cerámico azul y blanco, que recuerda a la del picadero de la Finca Güell. A ambos lados de la torre, una cerca muy similar a la de la Finca Miralles rodeaba la hacienda de los Mateu. En la cerca se abría la puerta de acceso: una reja de hierro forjado con aspecto de red de pescadores, como la existente en las Bodegas Güell. La Miranda quedó muy deteriorada en 1939, a finales de la Guerra Civil, cuando un camión de trilita del ejército republicano explotó al pasar por su lado. Después de décadas de abandono, fue derruida en 1962. Tan solo se salvó la reja de la puerta de entrada, que se trasladó al parque Güell.
Casa Milà, La Pedrera
(1906-1910)
Paseo de Gràcia, 92. Barcelona
La Pedrera es la última gran obra civil de Antoni Gaudí, un monumental edificio de viviendas proyectado en el paseo de Gràcia de Barcelona para Pere Milà y su mujer, Roser Segimon, que se instalaron en el piso principal y destinaron los cuatro pisos superiores a apartamentos de alquiler. Para adaptarse de forma flexible a las necesidades cambiantes de un inmueble con muchos inquilinos, Gaudí aplicó a la obra revolucionarias técnicas constructivas. Gracias al uso de una estructura de pilares y jácenas combinada con una fachada autoportante, sin cargas, consiguió en el interior plantas donde los muros se pueden derribar y redistribuir a conveniencia. Esta magistral utilización del espacio constituye un claro antecedente de la planta libre de la arquitectura racionalista de los años veinte. Además, Gaudí distribuyó los pisos de manera funcional, alrededor de dos grandes patios de luces que aseguran una buena iluminación de los mismos.
Más allá de las innovaciones estructurales, lo que más llama la atención de la Casa Milà es su fachada de piedra ondulada, de sorprendentes formas curvas que recuerdan a los pliegues de una montaña o a un precipicio. El atrevido aspecto exterior de la obra causó gran polémica en el momento de ser completada, por lo que fue víctima de muchos chistes, entre ellos el que consideraba que más que un edificio parecía una pedrera, nombre por el que pasaría a ser conocido popularmente: La Pedrera. Tampoco se libraron de las burlas las originales rejas de hierro forjado que Gaudí diseñó para los balcones. Otros espacios insólitos de La Pedrera son el desván, con arcos catenarios de ladrillo que recuerdan al costillar de una ballena, y, encima de este, una fantástica terraza que oscila por diferentes niveles e incorpora claraboyas, ventiladores y chimeneas que constituyen auténticas esculturas orgánicas.
Gaudí abandonó las obras de la Casa Milà en 1919, cuando ya se había completado la construcción básica, por desacuerdos con sus promotores, que habían rechazado la propuesta de coronar el edificio con una inmensa escultura de la Virgen. Pere Milà y Roser Segimon también ponían muchas objeciones a las ideas del arquitecto para decorar el interior, aunque finalmente se llevaron a cabo, realizadas en los siguientes años por colaboradores de Gaudí. Así se completaron los singulares techos de yeso, las brillantes pinturas murales de los vestíbulos o el pavimento hidráulico con referencias marinas diseñado por el propio Gaudí.
Jardines de Can Artigas
(1905-1906)
Camino la Pobla - Clot del Moro. La Pobla de Lillet (Berguedà)
En 1905 Antoni Gaudí pasó un par de días en La Pobla de Lillet, para supervisar la construcción del Chalet del Catllaràs. El arquitecto se alojó en la casa del fabricante textil Joan Artigas i Alart y, como agradecimiento por su hospitalidad, regaló al industrial un boceto de ordenación de los jardines que este tenía en la fuente de la Magnèsia, al lado de la fábrica Artigas. Unos meses más tarde, Gaudí envió a La Pobla a algunos operarios que trabajaban en el parque Güell para ayudar a los paletas locales a completar los jardines.
Mediante un conjunto de escaleras y puentes de piedra y cemento, los jardines Artigas dibujan un paseo a ambos lados de un estrecho desfiladero abierto por el río Llobregat, donde diversos elementos, como una glorieta, una cueva y varias fuentes, plenamente integrados en el paisaje y decorados con animales alegóricos de los cuatro evangelistas, invitan al reposo y la contemplación de la naturaleza.
Chalet del Catllaràs
(1905)
Pista forestal de la sierra del Catllaràs. La Pobla de Lillet (Berguedà)
En julio de 1904 se inauguró en el Clot del Moro, paraje del municipio de Castellar de n’Hug en la orilla del río Llobregat, la primera fábrica de cemento Portland de Cataluña, construida por un grupo de industriales encabezados por Eusebi Güell. La fábrica se alimentaba de carbón que se extraía de unas minas cercanas, en la sierra prepirenaica del Catllaràs. Para alojar a los ingenieros que trabajaban en esta explotación minera, Güell encargó en 1905 a Antoni Gaudí el proyecto de un chalet de montaña.
El Chalet de Catllaràs es una construcción sencilla pero de clara huella gaudiniana, edificada como una única bóveda parabólica, ideal para las nevadas de alta montaña y que recuerda a las Bodegas Güell del Garraf. El aspecto original del edificio, todo él rebozado de cemento, se perdió cuando se sustituyó el recubrimiento por tejas de pizarra. También desapareció hace muchos años la doble escalera circular que Gaudí diseñó para acceder a los diferentes pisos del refugio.
Taller de los hermanos Badia
(1904)
Calle Nàpols. Barcelona
Entre agosto y diciembre de 1904, Antoni Gaudí construyó el taller de los hermanos Josep y Lluís Badia i Miarnau, forjadores que habían trabajado en diversas obras del arquitecto bajo las órdenes de Joan Oñós y que tras la muerte de este se establecieron por su cuenta. El taller, desaparecido hace ya décadas, era una modesta nave industrial, de reducidas dimensiones, pero con un interesante tejado curvo, que anticipaba la solución que Gaudí daría años más tarde a las Escuelas de la Sagrada Familia. En este taller los hermanos Badia realizaron algunas de las piezas más brillantes de las obras de Gaudí, como las rejas de los balcones de la Pedrera.
Sala Mercè
(1904)
La Rambla, 122. Barcelona
En noviembre de 1904 se inauguró en la Rambla de Barcelona la Sala Mercè, un local de cine promovido por el pintor Lluís Graner i Arrufí, y proyectado para los bajos de un edificio ya existente por su amigo Antoni Gaudí. En la sala, con capacidad para 200 personas, se proyectaban creaciones propias obtenidas con el nuevo cinematógrafo y también se escenificaban cuadros musicales, combinaciones de teatro, música y pintura dirigidas por los escenógrafos catalanes más famosos de la época. En el sótano, además, el espectáculo se completaba con dioramas distribuidos por una gruta artificial.
Gaudí realizó toda la reforma del local, desaparecida en 1916 al cambiar de propietario. No se han conservado imágenes ni de la entrada, con un letrero de la sala de hierro forjado, ni del vestíbulo de acceso, ni de la gruta subterránea, que algunas crónicas describen como un homenaje a las cuevas de Artà, que el arquitecto visitó en el transcurso de la restauración de la catedral de Mallorca. En la sala de proyección –de la que sí que han sobrevivido algunas fotografías– Gaudí priorizó el diseño racional, para facilitar la contemplación del escenario, incluida la distribución inclinada del patio de butacas. Para no distraer la atención del público, redujo la decoración al mínimo. No obstante, se pueden observar detalles interesantes en las paredes, como una cenefa con decoración vegetal y el yeso rugoso de las paredes y los techos, que mejoraba la acústica a la vez que también daba a la sala una apariencia de cueva.
Restauración de la catedral de Mallorca
(1904-1914)
Plaza de la Seu. Palma de Mallorca (Islas Baleares)
A principios de 1902, el obispo de Mallorca, Pere Joan Campins i Barceló, encargó a Antoni Gaudí la restauración de la catedral de Palma de Mallorca. La reforma consistía en la reparación de la fachada del templo gótico, muy deteriorada por un terremoto en el año 1851, y la reordenación del espacio interior. El arquitecto visitó la isla en varias ocasiones a lo largo de 1902 y 1903 y en octubre de este último año presentó el proyecto de restauración. Las obras se iniciaron en 1904 y se desarrollaron en diferentes fases hasta 1914, fecha en la que Gaudí abandonó el proyecto a raíz de una discusión con el contratista, antes de iniciarse el trabajo de la fachada.
La intervención de Gaudí en el interior de la catedral de Mallorca deja bien patente el dominio del espacio del arquitecto, así como su atrevimiento. Ajeno a posibles críticas, para hacer el templo más diáfano y adecuado para la liturgia, Gaudí desmontó el coro gótico que había en medio de la nave central y lo colocó en los laterales del presbiterio, donde, a su vez, desmontó los retablos y una tribuna. Una vez lograda una perspectiva visual unificada, que favorece el diálogo entre el oficiante y los fieles, el arquitecto renovó la disposición del altar y lo recubrió con un nuevo baldaquín, que a pesar de ser en principio un modelo provisional, a la espera de uno definitivo que nunca se llegó a hacer, es una auténtica joya de diseño gaudiniano.
Casa Batlló
(1904-1906)
Paseo de Gràcia, 43. Barcelona
En el paseo de Gràcia, la vía principal del Eixample barcelonés abierto en la segunda mitad del siglo XIX, Antoni Gaudí edificó entre finales de 1904 y principios de 1906, por encargo del industrial Josep Batlló i Casanovas, la que se considera, sin duda alguna, una de sus principales obras maestras. A pesar de lo que pueda parecer a primera vista, la Casa Batlló no fue una obra de nueva planta, sino la reforma de un edificio ya existente. Gaudí transformó de manera radical su aspecto, renovando el interior y las fachadas con unas formas y unos colores tan originales que, desde el mismo momento en que se completó la obra, el edificio se convirtió en un icono del paisaje de Barcelona.
La fachada de la Casa Batlló es una eclosión de fantasía gaudiniana que ha dado pie a todo tipo de interpretaciones. Se han comparado sus formas curvas con las olas del mar, y la decoración de cerámica y vidrio que le da color con la fauna y las algas marinas. Otros ven, en este revestimiento, una alusión al confeti de carnaval, idea reforzada por las fantásticas rejas de fundición de los balcones, similares a máscaras venecianas. Estos balcones también se han comparado con calaveras, consideradas, al igual que las sorprendentes columnas con forma de huesos de la tribuna del piso principal, representaciones de las víctimas del dragón de la leyenda de San Jorge. Este dragón, a su vez, estaría simbolizado por el tejado, recubierto con una cerámica que imita escamas, y de donde surge una torre coronada con una cruz de cuatro brazos, identificada con la espada con la que San Jorge mató a la bestia.
Al margen de interpretaciones, la fachada principal de la Casa Batlló es un compendio de hallazgos estructurales y formales que se repite en el resto del edificio, como las fantasiosas chimeneas de la azotea, que recuerdan a setas; la fachada posterior, con un trencadís cerámico de formas naturales y geométricas, o el excelente patio de luces, donde Gaudí graduó la medida de las ventanas y los colores del revestimiento cerámico en una combinación progresiva que favorece la iluminación de todo el interior.
Cerca y portal de entrada de la Finca Miralles
(1901-1902)
Paseo Manuel Girona, 55-61. Barcelona
Entre 1901 y 1902 Antoni Gaudí creó la cerca y el portal de entrada de la finca que su amigo Ermenegild Miralles i Anglès, editor y fabricante de losetas de cartón, tenía en el antiguo municipio de Sarrià, que se incorporó a Barcelona en 1921. El arquitecto solucionó la larga cerca, de la que hoy en día tan solo se conserva una pequeña parte, con un muro de piedra y una reja metálica de perfiles ondulantes. La cerca enlaza en el portal de entrada con un sinuoso arco lobulado donde se abren dos puertas, la de carruajes y la de peatones, también de originales formas curvas. Los dos accesos están protegidos, en ambos lados del portal, por dos grandes marquesinas, hechas de piezas de fibrocemento con forma de caparazón de tortuga. El conjunto se completa con dos excelentes ejemplos del trabajo de Gaudí con el hierro forjado: la reja de la puerta de peatones y la cruz de cuatro brazos que corona el portal.
Torre Bellesguard
(1900-1909)
Calle Bellesguard, 16-20. Barcelona
En la ladera del Tibidabo, en el antiguo municipio de Sant Gervasi de Cassoles, Antoni Gaudí erigió una vivienda familiar con aspecto de singular castillo gótico. Se trata de la casa que en 1900 Maria Sagués i Molins le encargó construir en la finca donde en el siglo XV el rey Martín el Humano había tenido una torre, conocida como Bellesguard (bonita vista) por las buenas vistas que ofrece el lugar. El arquitecto aprovechó algunos de los restos originales que todavía se conservaban para construir encima un homenaje arquitectónico al glorioso pasado medieval catalán. De inequívoco aspecto gaudiniano, la Torre Bellesguard incorpora por todas partes referencias al arte gótico, como arcos lobulados, ventanas y balconeras geminadas y almenas que acentúan su aspecto de castillo. El edificio, construido con piedra y ladrillo y revestido con un innovador mosaico pétreo, se corona con una gran torre con las franjas de la bandera catalana y una cruz de cuatro brazos. En el interior destacan el vestíbulo, iluminado por un ventanal con forma de estrella, y la buhardilla, similar a la que por aquellos años Gaudí construyó en la Casa Batlló.
Además de la casa, en la finca Bellesguard se encuentra un esbelto viaducto construido por Gaudí en 1908 sobre el torrente de Betlem. Al año siguiente, el arquitecto dejó las obras de la torre, cuando todavía quedaban algunos detalles por acabar, que completaría su discípulo Domènec Sugrañes i Gras en 1917.
Parque Güell
(1900-1914)
Calle de Olot. Barcelona
En julio de 1899 el industrial Eusebi Güell adquirió una extensa finca en la montaña Pelada de Barcelona para construir una urbanización de lujo, en medio de la naturaleza y con vistas a la ciudad, basada en el modelo de las ciudades jardín que se construían en Inglaterra en aquellos años. Su idea era dividir el terreno en 72 parcelas, donde cada cliente edificaría su casa. Güell encargó la urbanización de la finca y la construcción de los espacios comunes a Gaudí, que en 1900 empezó a trabajar en este proyecto. Dos años más tarde se vendió la primera parcela, pero ya no se vendería ninguna más, a pesar de los esfuerzos de Güell. Así, en 1914, dado el fracaso comercial de la iniciativa, Gaudí abandonó las obras, una vez completados los servicios básicos del recinto. Nueve años más tarde, el ayuntamiento de Barcelona compró el parque Güell y lo abrió como jardín municipal.
Si el parque Güell fue un fracaso empresarial, como obra arquitectónica y urbanística es sin duda una de las más sobresalientes y célebres de Gaudí, que en aquel momento pasaba de la cincuentena y entraba en su etapa de madurez artística. El arquitecto diseñó dentro de la finca una red de caminos plenamente integrados en el entorno, que para salvar el desnivel del terreno incorporan fantásticos viaductos y pórticos. Para acceder al conjunto se preveían varios accesos, pero Gaudí solo construyó la entrada principal, flanqueada por dos pabellones, uno de portería y otro de servicios, de sorprendentes y sugestivas formas blandas. Pasada la entrada, una monumental escalera, presidida por una fuente con forma de dragón, conduce a los ámbitos centrales del parque. Uno es la sala hipóstila, un espacio con 86 columnas de reminiscencias griegas, concebido para albergar el mercado. El otro, encima de esta sala, la gran plaza, que Gaudí rodeó con un insólito banco, de perfil serpenteante, decorado con trencadís por su colaborador Josep Maria Jujol.
Casa Calvet
(1898-1899)
Calle Casp, 48. Barcelona
La Casa Calvet fue construida para los hijos del fabricante textil Pere Màrtir Calvet, que instalaron en el sótano y los bajos el negocio fundado por su padre, mientras que el piso principal se reservó a domicilio de los propietarios y los pisos superiores a viviendas de alquiler. Este bloque de viviendas constituye una de las obras menos atrevidas de Gaudí, con una fachada simétrica que recuerda a una modesta construcción del primer modernismo. Solamente la atenta contemplación de los detalles permite captar la huella genial del arquitecto. Destaca su puerta de entrada, flanqueada por columnas que imitan bobinas de hilo y con un original picaporte de hierro forjado: una cruz que, al llamar, golpea a un chinche, símbolo de la fe que aplasta el pecado. Sobre el acceso principal se encuentra la abigarrada tribuna del primer piso, con representaciones escultóricas de flores y setas, un escudo de Cataluña y referencias a la hospitalidad (un ciprés), la paz (una rama de olivo) y la abundancia (dos cornucopias). Por último, sobresale también el coronamiento de la fachada con tres bustos de santos mártires y dos balcones de fundición en las testeras, que anticipan los de la Casa Batlló.
En el interior del edificio también está presente la decoración barroca, bien notable en el vestíbulo, pero Gaudí se concentró sobre todo en la distribución funcional de los espacios, Así, por ejemplo, puso el patio de luces junto a la escalera, de manera que se lograban mejores perspectivas visuales. Esta solución fue una de las que tuvo en cuenta el jurado del concurso anual de edificios artísticos de Barcelona, que le otorgó el premio a la Casa Calvet en 1900, en su primera edición.
Bodegas Güell
(1895-1900)
Carretera Barcelona-Valls. Sitges (Garraf)
Conjunto de dos edificaciones bastidas en la Quadra del Garraf, finca adquirida por Eusebi Güell en 1872 y donde producía vino para los barcos de la Compañía Transatlántica. Antoni Gaudí, en colaboración con su ayudante y discípulo Francesc Berenguer i Mestres, construyó en la misma, entre 1895 y 1900, un edificio destinado a bodega y otro como vivienda del portero. Este último, de piedra y ladrillo, incorpora en un lado un arco parabólico que sirve de puerta de acceso a la finca y a la vez sujeta una escalera que sube a la garita de vigilancia. La puerta se cierra con una reja de hierro que imita una red de pescar.
La otra construcción –la bodega– es una de las obras más fascinantes de Gaudí. Es toda de piedra con un sorprendente perfil triangular, ya que la cubierta a dos aguas da forma al mismo tiempo a las paredes. En el interior, encima de la bodega del sótano, se distribuyen tres plantas: una destinada a cochera, otra para vivienda del administrador y la superior como capilla, abierta por un lado a un terraza con vistas al mar. La bodega, con chimeneas de gran plasticidad, se une por dos puentes parabólicos con la antigua masía medieval de la finca.
Construcciones para la Cooperativa Obrera Mataronense
(1874-1885)
Calle de la Cooperativa. Mataró
En sus años de juventud, entre 1873 y 1885, Antoni Gaudi mantuvo una estrecha relación de amistad con Salvador Pagesi Anglada, insdustrial textil simpatizante del socialismo utópico, que en el año 1864 habia fundado la Cooperativa Obrera Mataronense, instalada primero en Gracia y, desde 1874, en Mataró. Gaudi colaboró intensamente en la planificación de las instalaciones de la cooperativa, junto con el arquitecto Emili Cabañes y el ingeniero Joan Brunet. Gaudi firmo el plano del conjunto de las construcciones y proyectó personalmente algunas de estas, como dos casitas para obreros (construidas entre 1878 y 1879), un casino recreativo (proyecto de 1878 que nunca se llegó a construir), un pabellón urinario y la nave de blanqueo de las telas.
El pabellón urinario y la nave de blanqueo son las unicas edificaciones que han llegado hasta nuestros dias. El pabellón urinario es un pequeño pabellón cilindrico con algunos motivos ceramicos. La sala de blanqueo, construida entre 1882 y 1885, es una gran nave de acabados sencillos que destaca por estar edificada con los tradicionales arcos parabólicos de Gaudi -utilizados aqui por primera vez- creados con estructuras de maderas montadas con pernos.
Trabajos en el Parque de la Ciutadella
(1875-1882)
Parque de la Ciutadella. Barcelona
Antoni Gaudí, para pagarse los estudios de arquitectura, trabajó de delineante con el maestro de obras Josep Fontserè i Mestre, también de familia procedente del Camp de Tarragona. Fontserè dirigió, entre 1873 y 1887, las obras del nuevo Parque de la Ciutadella de Barcelona, donde se celebraría la Exposición Universal de 1888, así como de su entorno, incluyendo la construcción del mercado del Born.
La colaboración de Gaudí en el Parque de la Ciutadella no se limitó a dibujar proyectos de Fontserè, sino que también realizó aportaciones propias. En la cascada monumental del parque, construida entre 1875 y 1882, diseñó los templetes para subir a la terraza, la decoración de los muros del acuario y la gruta. Asimismo, fue el autor de la balaustrada de piedra de la conocida como placeta de Aribau, decorada con cabezas de leones, de 1875, y, al año siguiente, de los candelabros de hierro con el escudo de Barcelona de la reja de entrada. Gaudí también realizó el depósito regulador de la gran cisterna que abastecía de agua al parque, proyecto complejo que le sirvió para aprobar la asignatura de Resistencia de materiales sin tener que presentarse al examen.
Casa Vicens
(1883-1888)
Calle de Les Carolines 24. Barcelona
La Casa Vicens es el primer encargo importante que recibió Antoni Gaudí, nada más terminar la carrera de Arquitectura. Fue un encargo de Manuel Vicens i Montaner, que quería construir una casa de veraneo en un solar familiar en la villa de Gràcia –por aquel entonces todavía no incorporada a la ciudad de Barcelona. Gaudí presentó el proyecto en 1880, pero las obras no se iniciaron hasta el año 1883 y se alargaron hasta 1888.
Gaudí diseñó una vivienda de cuatro plantas de estructura sencilla, muy alejada todavía de las líneas curvas y las innovaciones arquitectónicas de obras posteriores, que destaca por su vistosa decoración, con espacios fascinantes como el comedor y el fumadero. La eclosión de color de los detalles ornamentales –muy influidos por el arte árabe y oriental– convierte la Casa Vicens en un claro antecedente del movimiento modernista.
Originalmente, la Casa Vicens se encontraba adosada por un lado a un convento, y por el otro estaba rodeada por un magnífico jardín. En 1925, demolido el convento, el arquitecto Joan Baptista i Serra amplió la casa, respetando con esmero la obra original. El jardín, sin embargo, fue desapareciendo con los años, incluyendo una monumental fuente de arco parabólico diseñada por Gaudí.
Templo Expiatorio de la Sagrada Familia
(1883-1926)
Calles Mallorca, Marina, Provença y Sardenya. Barcelona
La obra más conocida de Gaudí –convertida en símbolo de Barcelona en todo el mundo– es un fastuoso templo al que el arquitecto dedicó más de la mitad de su vida. Comenzó a dirigir las obras a finales de 1883, a los treinta y un años, cuando sustituyó a Francisco de Paula del Villar y Lozano, autor de un primer proyecto del que tan solo se había construido una parte de la cripta. Cuando Gaudí murió, en 1926, todavía estaba trabajando en este proyecto, pero solo había completado la cripta y el ábside, parte del claustro y la fachada del Nacimiento. Desde entonces, y hasta nuestros días, el proceso de construcción del templo sigue en marcha.
Gaudí transformó radicalmente el proyecto neogótico inicial de Francisco de Paula del Villar y Lozano y concibió un templo monumental de dimensiones gigantescas e insólitas, en el que tanto la distribución de los espacios como la profusa decoración escultórica conforman una auténtica biblia de piedra, un poema místico que profesa y explica la fe católica. Una vez finalizado, el templo constará de cinco naves rodeadas por un claustro deambulatorio, con un ábside con siete capillas en el extremo norte y tres fachadas en los otros lados: la del Nacimiento, la de la Pasión y la de la Gloria, que es la fachada principal. Cada fachada incluirá cuatro campanarios de perfil parabólico, representación de los doce apóstoles, y sobre el ábside y el crucero, seis torres más simbolizarán a los cuatro evangelistas, la Virgen María y Jesús. La torre de Jesús, sobre el cimborrio, será la más alta, con 170 metros de altura.
Además de por el abigarrado trabajo simbólico y ornamental, la Sagrada Familia destaca por ser la obra donde Gaudí compendió todos los hallazgos arquitectónicos y estructurales de su carrera. Sobre una planta de retícula modular, la estructura del templo se alza a base de pilares inclinados, bifurcados a modo de ramas de un árbol, cubiertos con naves paraboloides, una combinación ideal para sujetar el peso de la imponente construcción.
Villa Quijano, El Capricho
(1883-1885)
Barrio de Sobrellano. Comillas (Cantabria)
Cerca del Palacio de Sobrellano, del marqués de Comillas, Gaudí proyectó para un pariente de este, Máximo Díaz de Quijano, una torre de veraneo conocida popularmente como El Capricho. La villa se construyó entre los años 1883 y 1885. Las obras fueron dirigidas por el arquitecto Cristóbal Cascante i Colom, mientras que Gaudí supervisaba todo el proceso desde Barcelona.
El Capricho es un edificio relativamente pequeño, de tres plantas, en el que la distribución de las estancias se adapta a la inclinación del terreno. Por su aspecto neomudéjar recuerda a la Casa Vicens, que Gaudí estaba construyendo al mismo tiempo en la villa de Gràcia. Cabe destacar sobre todo el juego cromático del exterior, donde se combina la piedra en la base del edificio con muros de ladrillos amarillentos y rojizos y una cubierta de tejas vidriadas. En la entrada principal, un pórtico de cuatro columnas, decoradas en los capiteles con flores y palomas, sujeta la torre del edificio, similar a un minarete musulmán. La torre está recubierta con baldosas que representan hojas verdes y girasoles, motivo que se repite en franjas en los muros. También destacan en el interior del edificio los sutiles detalles decorativos, con frecuentes alusiones a la música –una de las pasiones de Díaz de Quijano. Un ejemplo de ello es el ingenioso sistema que ideó Gaudí para las ventanas del gran salón de la planta principal: al abrirlas o cerrarlas se produce un sonido de campanillas.
Pabellones de la Finca Güell
(1884-1887)
Avenida de Pedralbes, 15. Barcelona
A finales de 1883, Eusebi Güell amplió con nuevos terrenos la finca que ya poseía por herencia en el linde de los antiguos municipios de Sarrià y Les Corts e inició su transformación en residencia de verano. El industrial encargó a Gaudí la reforma de la casa solariega y la construcción de la valla de la finca, con las correspondientes puertas y los pabellones de acceso. Esta fue la primera colaboración de envergadura entre Güell y Gaudí, y el arquitecto la terminó en 1887. La reforma de la casa solariega se perdió al convertirse, entre 1919 y 1924, en el nuevo Palacio Real de Barcelona. Así mismo, gran parte de la valla de la finca fue desapareciendo a medida que la ciudad de Barcelona iba ganando terreno a la antigua Finca Güell. A pesar de ello, todavía se conservan –dispersas en la nueva trama urbana– tres puertas secundarias y la magnífica entrada principal, flanqueada por un pabellón de portería y otro de caballerizas y picadero.
Los pabellones de la Finca Güell son una pequeña obra maestra, donde Gaudí repitió la estética neomudéjar de sus primeras obras y a la vez introdujo elementos que caracterizarían su etapa de madurez, como los arcos y las bóvedas parabólicas y las cúpulas hiperbólicas. En cuanto a los aspectos ornamentales, destaca el uso combinado en el exterior de ladrillos, paneles de cemento prefabricados y revestimiento cerámico. Sin embargo, lo que más llama la atención es la reja de hierro forjado de la puerta de carruajes, representación de uno de los paisajes mitológicos narrado en la Atlántida por el poeta Jacint Verdaguer, amigo de Güell y Gaudí. Así, la impresionante reja reproduce Ladón, el dragón mitológico que protegía las naranjas de oro del jardín de las Hespérides.
Palacio Güell
(1886-1890)
Calle Nou de la Rambla, 3-5. Barcelona
El Palacio Güell, completado cuando apenas tenía treinta y ocho años, es la culminación de la etapa de juventud de Gaudí, una obra en la que pone de manifiesto su total maestría en el uso del espacio arquitectónico. Fascinado por el joven arquitecto, Eusebi Güell le encargó en 1885 la construcción de su residencia en el centro de Barcelona, sin ningún límite de gastos, y Gaudí respondió con una obra exuberante, en la que hasta el más mínimo detalle está pensado minuciosamente.
Concebido como vivienda, pero también cono espacio de encuentro social, el Palacio Güell se organiza alrededor de un salón central de tres plantas de altura, cubierto con una cúpula parabólica de reminiscencias celestiales. El imponente espacio servía tanto para sala de conciertos como para oratorio familiar, gracias a un original armario que al abrirse contenía un altar. Alrededor de esta sala, Gaudí distribuyó las estancias del palacio de manera totalmente funcional, creando juegos de perspectiva que confieren sensación de amplitud a un edificio que, en realidad, está ubicado en un solar relativamente pequeño.
Además del salón central, en el Palacio Güell destacan especialmente las caballerizas y el terrado. Las caballerizas están en el sótano, donde las bóvedas y las columnas fungiformes de ladrillo visto constituyen un paisaje icónico en la obra de Gaudí. Del mismo modo, la aguja del terrado, proyección en el exterior del salón, y las veinte chimeneas que la rodean, tratadas como piezas escultóricas, anticipan las ideas que el arquitecto desarrollaría posteriormente en la Casa Batlló y en La Pedrera.
Casa del sacerdote y taller de la Sagrada Familia
(1887-1912)
Calles Sardenya y Provença. Barcelona
A medida que se iba construyendo la Sagrada Familia, Gaudí levantó en los terrenos del templo algunos edificios auxiliares, de carácter provisional, que no obstante su modestia mostraban rasgos característicos de la obra del arquitecto. En 1887 se terminó el primero de ellos: la casa del sacerdote custodio. Se trata de una vivienda de ladrillo de dos plantas con una espadaña arriba del todo. En 1906 el sacerdote se trasladó a un nuevo edificio, construido al lado del primero, con un oratorio en la parte superior y un anagrama de trencadís de la Sagrada Familia en la fachada. Entonces, en la antigua vivienda se instaló el estudio de Gaudí, a la que el arquitecto se trasladaría a vivir en los últimos meses de su vida. Ambas edificaciones se fueron ampliando a lo largo de los años con cuerpos anexos. En julio de 1936, en el contexto de las revueltas anticlericales al estallar la Guerra Civil, el estudio y la casa del sacerdote fueron incendiados, con lo que se perdieron no solo estas construcciones, sino también todo el archivo de Gaudí, con numerosos planos y maquetas de sus proyectos.
Pabellón de la Compañía Transatlántica
(1888)
Paseo Marítim. Barcelona
Claudi López i Bru, segundo marqués de Comillas y cuñado de Eusebi Güell, encargó a Antoni Gaudí el pabellón de la Compañía Transatlántica, el principal consorcio de barcos transoceánicos de España, para la Exposición Universal de Barcelona de 1888. A Gaudí no se le encargó un nuevo pabellón, sino adaptar y reformar uno de ya existente diseñado por Adolfo García Cabezas para la Exposición Naval de Cádiz de 1887. Con todo, la intervención del arquitecto fue tan importante que el pabellón resultante prácticamente era una obra nueva, con muchas referencias al arte nazarita. Gaudí añadió al pabellón cuatro torres con almenas, astas con gallardetes, persianas con celosías de madera y una entrada que imitaba el patio de los leones de la Alhambra de Granada.
Ubicado en la sección marítima de la Exposición Universal, el pabellón no se desmontó al clausurarse la misma y permaneció hasta muy entrado el siglo XX, cuando se derribó para construir el actual paseo Marítim de Barcelona.
Colegio de las Teresianas
(1875-1882)
Calle de Ganduxer, 85-105. Barcelona
A principios de 1889, Antoni Gaudí se hizo cargo de las obras de la escuela y sede de la Orden religiosa de las Teresianas en el municipio de Sant Gervasi de Cassoles, actualmente integrado en Barcelona. La construcción del colegio se había iniciado el año anterior, según el proyecto de otro arquitecto que abandonó cuando tan solo se habían construido los cimientos del edificio. Gaudí respetó la planta de la propuesta inicial, pero modificó el aspecto del edificio transformándolo en una de sus creaciones más personales.
A diferencia de gran parte de las obras de Gaudí, el Colegio de las Teresianas se construyó con pocos medios para adaptarse tanto a los escasos recursos económicos de la congregación como al voto de pobreza de las religiosas. Sacando el máximo provecho a materiales económicos, Gaudí concibió el colegio como un original castillo neogótico, con una fachada que combina la mampostería y el ladrillo con notable resultado estético y que incorpora muchos símbolos religiosos, como anagramas de Jesucristo, escudos carmelitas, cruces de cuatro brazos en las torres de los ángulos y birretes doctorales en las almenas, en referencia a Santa Teresa. En la fachada también están presentes los tradicionales arcos parabólicos de Gaudí, en las ventanas y en el porche de entrada, este último vallado con una elegante reja de hierro forjado. Los arcos se repiten en el interior del edificio, en los pasillos que rodean el patio de luces y que constituyen uno de los espacios más sugestivos de la obra del arquitecto.
Palacio Episcopal de Astorga
(1889-1893)
Plaza de Eduardo Castro. Astorga (Castilla y León)
Al incendiarse el antiguo palacio episcopal de Astorga, en diciembre de 1886, el obispo de la ciudad leonesa, Joan Baptista Grau, propuso a las autoridades eclesiásticas y ministeriales que su amigo Antoni Gaudí se hiciera cargo de la construcción del nuevo palacio. El arquitecto presentó el proyecto en agosto de 1887, pero las obras no se iniciaron hasta junio de 1889, después de algunas reticencias y muchos trámites burocráticos. Gaudí visitó una decena de veces Astorga para supervisar los trabajos, pero básicamente dirigió la obra desde Barcelona, donde estaba ocupado en otros proyectos. Molesto por los constantes impedimentos de las autoridades, el arquitecto abandonó la obra en noviembre de 1893, algunas semanas más tarde de la muerte de su amigo Grau. El edificio ya estaba prácticamente completado, pero todavía le faltaba el tejado, que fue ejecutado entre 1907 y 1915 por otro arquitecto, con una solución muy diferente a la planteada por Gaudí.
El Palacio Episcopal es un edificio de estilo neogótico construido con granizo del Bierzo, para integrarlo en el entorno y no hacer sombra a la cercana catedral de Astorga. Su estructura es muy convencional, bastida sobre una planta de cruz griega con arcos ojivales y bóvedas de crucería, típicos de la arquitectura gótica. No obstante, presenta algunos rasgos que ponen de manifiesto la originalidad de Gaudí, como los arcos del pórtico de entrada, las chimeneas que se prolongan como minaretes, el foso que ilumina el sótano o el tratamiento del espacio en el interior, que recuerda al Palacio Güell.
Casa Fernández y Andrés, Casa Botines
(1891-1892)
Plaza de San Marcelo. León (Castilla y León)
En 1891 los comerciantes Simón Fernández y Mariano Andrés encargaron a Antoni Gaudí la nueva sede de la sociedad Fernández y Andrés en León. La empresa se dedicaba a la banca, pero también a la venta de tejidos que compraban a Eusebi Güell, que fue quien les recomendó el arquitecto. Gaudí presentó el proyecto en diciembre de 1891 y en seguida se iniciaron las obras, ejecutadas en un tiempo récord y finalizadas en noviembre de 1892. El nuevo edificio al cabo de muy poco recibió el nombre popular de Casa Botines, en recuerdo de Joan Homs i Botinàs, el comerciante catalán establecido en León que había fundado esta sociedad, después reconvertida en Fernández y Andrés.
Esta es la tercera y última obra de Gaudí fuera de Cataluña y es, al igual que el Palacio Episcopal de Astorga, una personal reinterpretación del gótico, adaptada a los condicionantes del entorno. Así, las fachadas están construidas con piedra caliza almohadillada, que recuerda también a la arquitectura renacentista –muy presente en León–, y el tejado y las cuatro torres cilíndricas son de pizarra, un material ideal para zonas con nieve y que Gaudí tan solo utilizó en este proyecto. En el interior del edificio destaca el uso en los bajos de pilares de fundición, con lo que se obtiene una planta libre, adaptable a las necesidades cambiantes de un espacio reservado a almacenes y oficinas comerciales. Se trata de un sistema innovador que Gaudí aplicaría años más tarde en La Pedrera.
PROYECTOS NO REALIZADOS
Descubre cosas que seguro no sabías
¿Sabías que Antoni Gaudí ya empezó a destacar en la asignatura de proyectos durante sus estudios de Arquitectura? ¿Y que diseñó un monumento para el espacio público en Barcelona? ¿Sabías que proyectó un rascacielos para un hotel en Nueva York?
Estos son todos los proyectos no realizados de Gaudí que encontrarás en G Experiència. ¿Quieres saber todo sobre ellos utilizando la tecnología interactiva más avanzada? Ven, toca, aprende y disfruta.
Listado de sus 12 proyectos
Monumento a Prat de la Riba
(1917-1918)
Castellterçol (Vallès Oriental)
Antoni Gaudí tenía en mucha estima a Enric Prat de la Riba, el primer presidente de la Mancomunidad de Cataluña. Después de la muerte del periodista y político, en agosto de 1917, el arquitecto realizó un croquis de un monumento a su memoria, pero pronto desistió del proyecto. Meses más tarde, un discípulo y colaborador de Gaudí, Lluís Bonet i Garí, recuperó la idea y presentó, en octubre de 1918, un proyecto de monumento para Castellterçol, la villa natal de Prat de la Riba. La propuesta de Bonet i Garí, que tampoco no se ejecutó, incluía la construcción de dos pórticos y, en medio de estos, una torre decorada con hierro forjado y la bandera catalana, de clara inspiración gaudiniana, probablemente recuperada del croquis original de su maestro.
Monumento a Torras i Bages
(1916)
Calle Sardenya. Barcelona
Al morir, en febrero de 1916, Josep Torras i Bages, obispo de Vic y amigo íntimo de Antoni Gaudí, el arquitecto dirigió la realización de un busto del clérigo para el homenaje que se le dedicó en el mes de abril siguiente. La escultura fue ejecutada por su colaborador Joan Matamala i Flotats y, una vez celebrado el homenaje, Gaudí se la llevó a la Sagrada Familia, donde pensaba colocarla en un gran monumento dedicado al obispo al lado de la fachada de la Pasión. Gaudí hizo un croquis del proyecto, pero nunca se concretó, mientras que el busto de Torras i Bages se perdió en el incendio del taller de la Sagrada Familia de 1936.
Hotel Attraction
(1908)
Manhattan. Nueva York (Estados Unidos de América)
En mayo de 1908, dos financieros estadounidenses de paso por Barcelona encargaron a Antoni Gaudí la construcción de un hotel en la isla de Manhattan. El arquitecto se animó con el proyecto y realizó algunos croquis iniciales. Si se hubiera llevado a cabo, habría sido una de las obras más espectaculares de Gaudí, pero finalmente se desestimó por las complicaciones financieras y técnicas de la construcción, que habría durado toda una década.
Gaudí planteó el edificio como una monumental atracción turística, con un cuerpo central gigantesco, de 360 metros de altura, donde se distribuirían los espacios para los visitantes: cinco plantas con restaurantes dedicados a cada uno de los continentes, varios pisos de exposición y ocio y, arriba de todo, en la novena planta, la sala Homenaje a América, un gran espacio de 125 metros de altura, similar a una versión ampliada del salón central del Palacio Güell, cubierto con un lucernario que serviría de mirador privilegiado de Nueva York y coronado en el exterior con una inmensa estrella. Alrededor de esta edificación central, se construirían ocho cuerpos anexos, con fachadas similares a la de La Pedrera y donde se distribuirían las habitaciones del hotel. Las nueve torres del conjunto se habrían construido con formas parabólicas, parecidas a las del proyecto de la cripta de la Colonia Güell.
Monumento a Jaime I
(1907)
Plaza de Ramon Berenguer el Gran. Barcelona
En 1907 se ofreció a Antoni Gaudí la posibilidad de crear un monumento a Jaime I en el barrio de la catedral de Barcelona, en el marco de la conmemoración del séptimo centenario del nacimiento del rey de la Corona de Aragón, que se celebraría en 1908. El arquitecto respondió con una propuesta que iba más allá de una simple estatua y planteaba importantes transformaciones urbanísticas. Aprovechando la oportunidad de que estaba previsto abrir una nueva calle en el barrio, la futura Via Laietana, Gaudí sugirió que se abriera también una nueva plaza para colocar en ella el monumento. Al mismo tiempo, también propuso realizar considerables cambios en los acabados de los edificios del entorno, como la catedral o la capilla de Santa Águeda. El ambicioso plan de Gaudí no fue aceptado, pero curiosamente años más tarde se abriría una plaza en el lugar propuesto por el arquitecto, dedicada al bisabuelo de Jaime I, el conde de Barcelona Ramón Berenguer el Grande.
Chalet Graner
(1904)
Calle de la Immaculada, 44-46. Barcelona
El pintor y empresario del mundo del espectáculo Lluís Graner i Arrufí encargó a Antoni Gaudí, además de la sala de cine Mercè de la Rambla, la construcción de su casa de Sant Gervasi de Cassoles, en el actual barrio barcelonés de la Bonanova. El arquitecto concibió un chalet de formas blandas, coronado por una cruz de cuatro brazos, a medio camino entre los pabellones de entrada del parque Güell y la Casa Batlló, que empezaba a construir por aquel entonces. Aunque se iniciaron las obras, el proyecto no salió adelante por los problemas económicos de Lluís Graner. Tan solo se edificó la cerca y la puerta de entrada del jardín, elementos construidos con piedra, de formas sinuosas, que ya hace décadas que desaparecieron.
Fachada del santuario de la Misericordia de Reus
(1903)
Plaza del Santuari de la Misericòrdia, s/n. Reus (Baix Camp)
En la primavera de 1903, Antoni Gaudí visitó Reus, acompañado por algunos de sus colaboradores, para presentar a la junta administradora del santuario de la Misericordia un proyecto de reforma de la fachada del templo renacentista, dedicado a la patrona de la ciudad. La propuesta del arquitecto, de la que tan solo se conservan un par de croquis, preveía la construcción de un pórtico monumental con una gran escultura de la Virgen arriba del todo. La junta del santuario aprobó la idea de Gaudí en julio de 1903 y ese mismo mes el ayuntamiento dio permiso para iniciar las obras. A pesar de ello, quedaron paradas nada más empezar, por un conflicto entre los vecinos y el consistorio, que finalmente hizo inviable el proyecto. Así, Gaudí no pudo llevar a cabo la única obra que le encargaron en su ciudad natal.
Misiones Franciscanas
(1892-1893)
Tánger (Marruecos)
En la segunda mitad de 1891, Antoni Gaudí acompañó al segundo marqués de Comillas, Claudi López i Bru, en un viaje por Andalucía y el norte de África, donde visitaron las ciudades de Ceuta y Tánger. Claudi López tenía la intención de financiar la construcción en esta última ciudad de unas misiones de los Padres Franciscanos, y Gaudí, después de estudiar el terreno, desarrolló un proyecto durante los años 1892 y 1893. La propuesta de Gaudí fue aprobada por la Congregación Capitular de Tánger en octubre de 1893, pero al final no se realizó, probablemente debido a la agitación en la zona por la primera guerra del Rif, aunque los problemas económicos de Claudi López por aquellos años también debieron influir.
El proyecto de Gaudí, del que solo se ha conservado un plano, era muy ambicioso y anticipaba algunas de las soluciones que aplicaría más adelante, como trece torres muy similares a las que se levantarían en la Sagrada Familia. Las misiones iban a estar formadas por una iglesia central, con patios y las demás dependencias a su alrededor, incluyendo escuelas y un hospital, rodeadas por un muro de cierre circular con puertas parabólicas y ventanas hiperboloides.
Capilla de la iglesia de Alella
(1883)
Capilla de la iglesia de Alella
Antoni Gaudí pasó algunos veranos en Alella, en la torre que tenía su cliente Manuel Vicens i Montaner, que le había encargado la casa Vicens de Gràcia. Para la casa de veraneo diseñó un armario y una chimenea.
A raíz de sus estancias en Alella, Gaudí recibió el encargo de realizar la capilla del Santísimo de la iglesia parroquial de Sant Fèlix de la población. Presentó el proyecto de esta capilla en julio de 1883. La capilla, de inspiración gótica, con altar y retablo, tenía que incorporar muchos elementos inspirados en el Apocalipsis, como siete ventanales con imágenes de los ángeles del Juicio Final, que Gaudí utilizaría también en la Sagrada Familia. La capilla no se construyó a pesar de recibir la aprobación del obispado de Barcelona en 1886.
Trabajos de carrera
(1875-1878)
Trabajos de carrera
En sus años de juventud, entre 1873 y 1885, Antoni Gaudi mantuvo una estrecha relación de amistad con Salvador Pagesi Anglada, insdustrial textil simpatizante del socialismo utópico, que en el año 1864 habia fundado la Cooperativa Obrera Mataronense, instalada primero en Gracia y, desde 1874, en Mataró. Gaudi colaboró intensamente en la planificación de las instalaciones de la cooperativa, junto con el arquitecto Emili Cabañes y el ingeniero Joan Brunet. Gaudi firmo el plano del conjunto de las construcciones y proyectó personalmente algunas de estas, como dos casitas para obreros (construidas entre 1878 y 1879), un casino recreativo (proyecto de 1878 que nunca se llegó a construir), un pabellón urinario y la nave de blanqueo de las telas.
El pabellón urinario y la nave de blanqueo son las unicas edificaciones que han llegado hasta nuestros dias. El pabellón urinario es un pequeño pabellón cilindrico con algunos motivos ceramicos. La sala de blanqueo, construida entre 1882 y 1885, es una gran nave de acabados sencillos que destaca por estar edificada con los tradicionales arcos parabólicos de Gaudi -utilizados aqui por primera vez- creados con estructuras de maderas montadas con pernos.
Quiosco Girossi
(1878)
Quiosco Girossi
En sus años de juventud, entre 1873 y 1885, Antoni Gaudi mantuvo una estrecha relación de amistad con Salvador Pagesi Anglada, insdustrial textil simpatizante del socialismo utópico, que en el año 1864 habia fundado la Cooperativa Obrera Mataronense, instalada primero en Gracia y, desde 1874, en Mataró. Gaudi colaboró intensamente en la planificación de las instalaciones de la cooperativa, junto con el arquitecto Emili Cabañes y el ingeniero Joan Brunet. Gaudi firmo el plano del conjunto de las construcciones y proyectó personalmente algunas de estas, como dos casitas para obreros (construidas entre 1878 y 1879), un casino recreativo (proyecto de 1878 que nunca se llegó a construir), un pabellón urinario y la nave de blanqueo de las telas.
El pabellón urinario y la nave de blanqueo son las unicas edificaciones que han llegado hasta nuestros dias. El pabellón urinario es un pequeño pabellón cilindrico con algunos motivos ceramicos. La sala de blanqueo, construida entre 1882 y 1885, es una gran nave de acabados sencillos que destaca por estar edificada con los tradicionales arcos parabólicos de Gaudi -utilizados aqui por primera vez- creados con estructuras de maderas montadas con pernos.
Farolas del paseo de Mar
(1880)
Paseo de Mar (actual paseo de Colom). Barcelona
En sus años de juventud, entre 1873 y 1885, Antoni Gaudi mantuvo una estrecha relación de amistad con Salvador Pagesi Anglada, insdustrial textil simpatizante del socialismo utópico, que en el año 1864 habia fundado la Cooperativa Obrera Mataronense, instalada primero en Gracia y, desde 1874, en Mataró. Gaudi colaboró intensamente en la planificación de las instalaciones de la cooperativa, junto con el arquitecto Emili Cabañes y el ingeniero Joan Brunet. Gaudi firmo el plano del conjunto de las construcciones y proyectó personalmente algunas de estas, como dos casitas para obreros (construidas entre 1878 y 1879), un casino recreativo (proyecto de 1878 que nunca se llegó a construir), un pabellón urinario y la nave de blanqueo de las telas.
El pabellón urinario y la nave de blanqueo son las unicas edificaciones que han llegado hasta nuestros dias. El pabellón urinario es un pequeño pabellón cilindrico con algunos motivos ceramicos. La sala de blanqueo, construida entre 1882 y 1885, es una gran nave de acabados sencillos que destaca por estar edificada con los tradicionales arcos parabólicos de Gaudi -utilizados aqui por primera vez- creados con estructuras de maderas montadas con pernos.
Pabellón de caza del Garraf
(1882)
Sitges (Garraf)
En sus años de juventud, entre 1873 y 1885, Antoni Gaudi mantuvo una estrecha relación de amistad con Salvador Pagesi Anglada, insdustrial textil simpatizante del socialismo utópico, que en el año 1864 habia fundado la Cooperativa Obrera Mataronense, instalada primero en Gracia y, desde 1874, en Mataró. Gaudi colaboró intensamente en la planificación de las instalaciones de la cooperativa, junto con el arquitecto Emili Cabañes y el ingeniero Joan Brunet. Gaudi firmo el plano del conjunto de las construcciones y proyectó personalmente algunas de estas, como dos casitas para obreros (construidas entre 1878 y 1879), un casino recreativo (proyecto de 1878 que nunca se llegó a construir), un pabellón urinario y la nave de blanqueo de las telas.
El pabellón urinario y la nave de blanqueo son las unicas edificaciones que han llegado hasta nuestros dias. El pabellón urinario es un pequeño pabellón cilindrico con algunos motivos ceramicos. La sala de blanqueo, construida entre 1882 y 1885, es una gran nave de acabados sencillos que destaca por estar edificada con los tradicionales arcos parabólicos de Gaudi -utilizados aqui por primera vez- creados con estructuras de maderas montadas con pernos.
DECORACIÓN, MOBILIARIO Y DISEÑO
Descubre pequeños secretos de su trabajo
¿Sabías que Antoni Gaudí también diseñó el mobiliario para la Sagrada Familia?¿Sabes cuántos diseños de farolas de Gaudí hay en Barcelona?
Estas son las obras de decoración, mobiliario y diseño que encontrarás en Gaudí Experiència. ¿Quieres saber todo sobre ellas utilizando la tecnología interactiva más avanzada? Ven, toca, aprende y disfruta.
23 ejemplos
Salón árabe del Cafè Torino
(1902)
Paseo de Gràcia - Gran Via. Barcelona
El 20 de septiembre de 1902, el empresario italiano Flaminio Mezzalana abrió en una de las esquinas más privilegiadas del Eixample barcelonés el Cafè Torino, un fastuoso establecimiento donde degustar el vermut Martini & Rossi, del que Mezzalana era el distribuidor en España. El nuevo local, muy pronto lugar de encuentro predilecto de la burguesía de la ciudad, fue construido con todo tipo de lujos y Ricard de Capmany, el decorador que dirigió el proyecto, contó con notables colaboradores como los arquitectos Josep Puig i Cadafalch y Pere Falqués i Urpí, o el escultor Eusebi Arnau i Mascort. El Cafè Torino, a pesar de su éxito inicial, desapareció poco antes de cumplir diez años de vida. Antoni Gaudí realizó para el Cafè Torino la decoración de un salón árabe. Diseñó los motivos de los arrimaderos de madera y las losetas que cubrían las paredes y el techo. Estas losetas estaban hechas con cartón prensado y barnizado, una nueva técnica desarrollada por Ermenegild Miralles, el editor para el que Gaudí construía, por aquellas mismas fechas, la cerca y el portal de entrada de su finca.
Decoración y mobiliario de la Casa Batlló
(1904-1906)
Paseo de Gràcia, 43. Barcelona
En el interior de la Casa Batlló, Antoni Gaudí no solamente distribuyó los espacios de la finca preexistente de manera totalmente funcional, sino que decoró todos sus rincones. El arquitecto enlució con yeso las paredes y los techos y los dotó de sinuosas formas orgánicas. En las ventanas y las puertas, combinó la madera y el vidrio con resultados de gran plasticidad. Los originales detalles decorativos de la Casa Batlló adquieren su máximo esplendor en el piso principal de los propietarios. Destacan la escalera del vestíbulo privado de los Batlló, que recuerda a las vértebras de un animal, una chimenea con forma de seta y todo el conjunto del salón principal, con ventanales y puertas decorados con vidrieras de colores y una serie de sorprendentes armarios empotrados, entre ellos uno que originalmente contenía el oratorio de la familia, con objetos litúrgicos realizados por los colaboradores de Gaudí. En el comedor, el arquitecto se encargó personalmente de diseñar todos los muebles, incluso un fascinante conjunto de sillas y bancos ergonómicos de madera de roble.
Decoración y mobiliario litúrgico para la catedral de Mallorca
(1904-1914)
Plaza de la Seu. Palma de Mallorca (Islas Baleares)
En el marco de la restauración de la catedral de Mallorca, Antoni Gaudí, además de redistribuir de forma magistral el espacio interior del templo, dirigió personalmente la decoración de algunos espacios, así como el diseño de diferentes elementos litúrgicos. El arquitecto rodeó el presbiterio con una bella reja de hierro forjado. Dentro de este ámbito, distribuyó alrededor del altar cuatro columnas decoradas con hierro forjado y sobre el conjunto colocó un espectacular baldaquín colgado del techo, que a su vez sujeta una serie de lámparas de aceite. En la capilla real, decoró una pared con aplacados cerámicos, que representan los escudos de los obispos de Mallorca, y colocó vidrieras policromas en el rosetón y dos ventanales. En la nave central, ubicó dos nuevos púlpitos en las dos primeras columnas, mientras que en el resto puso candelabros de hierro forjado. En cuanto al mobiliario, destaca sobre manera una escalera plegable para la exposición del santísimo sacramento, hecha de forja y madera y con unos elegantes pasamanos curvos. Gaudí también diseñó bancos para los oficiantes del altar, taburetes, un faldistorio y un atril.
Estandarte del Orfeó Feliuà
(1900)
Sant Feliu de Codines (Vallès Oriental)
En 1900 el empresario textil Emili Carles-Tolrà i Amat encargó a Antoni Gaudí un estandarte que su tía, la marquesa de Sant Esteve de Castellar, quería regalar al Orfeó Feliuà, agrupación coral acabada de fundar en Sant Feliu de Codines. Realizado con corcho, apliques de latón y cintas de cuero, el estandarte diseñado por Gaudí incorpora curiosos detalles simbólicos, como la forma redonda donde aparece el nombre del orfeón, alusiva al martirio de san Félix (Feliu, en catalán) en una rueda de molino, o las piñas que cuelgan de las cintas, en recuerdo de la antigua denominación de la población vallesana: Sant Feliu del Pinyó (en catalán pinyó significa piñón).
Estandarte del Gremio de Cerrajeros y Herreros de Barcelona
(1906)
Barcelona
Antoni Gaudí contó en todas sus obras con algunos de los forjadores más destacados de Barcelona, como Joan Oñós y los hermanos Lluís y Josep Badia, y fruto de esta colaboración el arquitecto mantuvo una buena relación con el Gremio de Cerrajeros y Herreros de la capital catalana. La junta directiva de la sociedad gremial le encargó en 1906 la realización del estandarte, que Gaudí resolvió con una insignia donde la imagen bordada de san Eloy, patrón del gremio, destacaba sobre fondo verde. El estandarte, desaparecido en 1936, se completaba con un escudo de Barcelona del que colgaban cintas con los colores del escudo de Cataluña.
Estandarte de los reusenses residentes en Barcelona
(1900)
Reus (Baix Camp)
El 22 de abril de 1900 se celebró una peregrinación al santuario de la Mare de Déu de la Misericòrdia de Reus, para celebrar el cambio de siglo. Gaudí participó en la misma como miembro del grupo de reusenses residentes en Barcelona, en una comitiva presidida por un estandarte diseñado por el propio arquitecto. Consistía en una caña de bambú con aplicaciones de metal, coronada por una cruz y una Virgen de la Misericordia de aluminio. Debajo, la insignia, de cuero repujado, mostraba por delante una imagen de la pastorcilla Isabel Besora, a quien según la tradición se había aparecido la Virgen en 1592, y por detrás, la rosa de Reus sobre un escudo de Cataluña. El conjunto estaba rodeado por un rosario de cuentas de aluminio y bronce. En la procesión se exhibieron una cincuentena de estandartes, de los que se escogieron tres como ofrenda a la Virgen. Uno de ellos fue el de Gaudí, desaparecido en el incendio del santuario de la Misericòrdia en julio de 1936.
Primer Misterio de Gloria del Rosario Monumental de Montserrat
(1907)
Camino de la Santa Cova. Montserrat (Bages)
El canónigo de Vic Jaume Collell i Bancells propuso en 1893 la erección de un rosario monumental entre el monasterio y la Santa Cueva de Montserrat, sufragado por particulares y cofradías católicas. El proyecto, iniciado en 1896 y completado veinte años más tarde, supuso la construcción de quince conjuntos escultóricos, que representaban los quince misterios de la Virgen. A finales de 1900, Antoni Gaudí recibió el encargo de dirigir el Primer Misterio de Gloria, alusivo a la resurrección de Jesucristo y costeado por la Liga Espiritual de Nuestra Señora de Montserrat, fundada por Josep Torras i Bages, obispo de Vic y amigo personal del arquitecto. Gaudí concibió un grupo escultórico integrado en el entorno, con una cueva excavada en la roca donde un ángel y tres Marías velan el sarcófago de Jesús, mientras este, resucitado, aparece en lo alto de la pared exterior. Por problemas de financiación, las obras del misterio no se iniciaron hasta la primavera de 1907 y Gaudí las abandonó en seguida, unos meses más tarde, al quedar paradas por nuevas dificultades económicas, cuando tan solo se había excavado la cueva y colocado la escultura del Cristo, obra de Josep Llimona i Bruguera. El conjunto sería completado entre 1913 y 1916 por otro arquitecto, Jeroni Martorell i Terrats, y las figuras que faltaban las realizó el escultor Dionís Renart i Garcia.
Mobiliario de la Casa Calvet
(1899-1900)
Calle Casp, 48. Barcelona
Completada la construcción de la Casa Calvet, Gaudí diseñó un conjunto de muebles para sus propietarios, que fueron realizados en los talleres Casas i Bardés. Para el piso de la familia Calvet, el arquitecto diseñó los sofás, las butacas y las sillas del salón principal, así como dos espejos para el vestíbulo y las sillas del comedor. Mientras que los muebles del salón –de madera dorada con fundición y tapicería de pana– todavía muestran el estilo de los primeros diseños de Gaudí, los espejos del vestíbulo y las sillas del comedor –de roble tallado en sinuosos perfiles– exhiben ya la vertiente más atrevida del arquitecto como diseñador. Las mismas formas orgánicas se repiten en los muebles de las oficinas comerciales de la familia Calvet, en la planta baja. Se trata de un excelente conjunto de escritorios y asientos ergonómicos, que con sus curvas anticipan la estética surrealista.
Farolas de la plaza Major de Vic
(1910)
Plaza Major. Vic (Osona)
La primavera de 1910 Antoni Gaudí pasó una temporada de reposo en Vic, acompañado del padre jesuita Ignasi Casanovas. Su estancia en la capital de Osona coincidió con los preparativos del centenario del nacimiento del filósofo natural de Vic Jaume Balmes, y los organizadores le pidieron al arquitecto ideas para el acontecimiento. Gaudí propuso la restauración de la casa natal de Balmes y la colocación de una fuente y dos farolas monumentales en el Mercadal, la plaza Major de Vic. Al final tan solo se hicieron las farolas, según diseño del arquitecto y bajo la dirección de su discípulo Josep Canaleta. Se inauguraron el 7 de septiembre de 1910 y permanecieron en la plaza hasta agosto de 1924, cuando fueron desmontadas. Las farolas de la plaza de Vic eran estructuras monumentales, bastidas con bloques de piedra basáltica unidos por abrazaderas de hierro. En la parte superior estaban rematadas con cruces de cuatro brazos de hierro. Las lámparas estaban sujetas por brazos de hierro que simulaban ramas y que, en una de las dos farolas, también sostenían planchas metálicas con las fechas del nacimiento y la muerte de Jaume Balmes.
Decoración y mobiliario del Palacio Güell
(1888-1890)
Calle Nou de la Rambla, 3-5. Barcelona
La inauguración oficial del Palacio Güell se celebró en 1888, para que coincidiera simbólicamente con la Exposición Universal de Barcelona. Sin embargo, el edificio no estaba terminado y aún se necesitaron un par de años para completar las obras y ultimar los trabajos de decoración y amueblamiento. Para estos, Gaudí contó con algunos de los artistas y artesanos más importantes de la época, como el arquitecto Camil Oliveras, que hizo el comedor y algunas chimeneas; el pintor Aleix Clapés, autor de las pinturas del salón, o el decorador Francesc Vidal, al que Güell encargó la mayoría de los muebles. A pesar de tratarse de un trabajo conjunto, Gaudí supervisó toda la ornamentación del Palacio Güell y concibió él mismo bastantes elementos, en los que es bien visible su firma. Cabe destacar las rejas de hierro forjado de los arcos parabólicos de la entrada y la ventana de la garita del portero, ejecutadas por Joan Oñós; los artesonados del interior –decorativos y estructurales a la vez–, realizados por Eudald Puntí, y las chimeneas parabólicas de los dormitorios. En cuanto a los muebles, Gaudí diseñó una chaise longue para la esposa de Güell y, para su hija mayor, un original tocador de estética plenamente modernista. Estos dos muebles no se encuentran actualmente en el Palacio Güell.
Púlpitos para la Iglesia de Santa Maria de Blanes
(1912)
Plaza de l’Església. Blanes (La Selva)
Antoni Gaudí realizó dos púlpitos para la iglesia de Santa Maria de Blanes, por encargo del periodista Joaquim Casas, hermano del famoso pintor modernista Ramon Casas. Gaudí concibió dos púlpitos hexagonales decorados en función de su ubicación en el templo. Así, el púlpito colocado en el lado del evangelio lo decoró con los nombres de los cuatro evangelistas y la paloma del Espíritu Santo. El otro púlpito, en el lado de la epístola, incorporaba el nombre de los cuatro apóstoles que escribieron las epístolas y representaciones de las virtudes teologales y el fuego de Pentecostés. Ambos púlpitos desaparecieron en el incendio de la iglesia al estallar la Guerra Civil, en julio de 1936.
Mobiliario para la Sagrada Familia
(1885-1926)
Calles Mallorca, Marina, Provença y Sardenya. Barcelona
Antoni Gaudí diseñó muebles y objetos litúrgicos para el templo de la Sagrada Familia, la mayoría de ellos para la cripta, en la que se celebró la primera misa el 19 de marzo de 1885, aunque no se oficializarían las misas de manera regular hasta 1890 y la iglesia no sería tenencia parroquial hasta 1907. El arquitecto también dirigió y supervisó los trabajos de ornamentación de las nueve capillas de la cripta, con sus correspondientes altares, y de las puertas de acceso a la sacristía. En cuanto a los muebles, Gaudí diseñó bancos y sillas, armarios de la sacristía, un confesionario y un púlpito portátil, todos ellos elaborados por el carpintero Joan Munné. Otros elementos litúrgicos fueron realizados en hierro forjado y bronce, como atriles, lámparas para la capilla de San José y un gran candelabro tenebrario. Para la pila de agua bendita Gaudí utilizó, al igual que en la cripta de la Colonia Güell, una gran almeja marina. Algunos de estos objetos desaparecieron en el incendio de la cripta de la Sagrada Familia de 1936, al iniciarse la Guerra Civil.
Mobiliario de la cripta de la Colonia Güell
(1913-1914)
Calle Claudi Güell. Colonia Güell. Santa Coloma de Cervelló (Baix Llobregat)
Antes de abandonar las obras de la iglesia de la Colonia Güell, en octubre de 1914, Gaudí diseñó algunos elementos de su mobiliario. La intención era dejar la nave inferior amueblada y la cripta ya finalizada, de cara a la prevista apertura de esta al culto, que finalmente se produjo en noviembre de 1915. Gaudí diseñó la puerta de la sacristía y los bancos para los fieles, piezas ejecutadas por los carpinteros de la colonia Tomàs y Enric Bernat. El arquitecto también fue el responsable de las insólitas picas de agua bendita del templo, realizadas con grandes conchas marinas procedentes de Filipinas sujetas con hierro forjado. Los demás muebles y elementos litúrgicos de la cripta fueron colocados con posterioridad a la marcha de Gaudí de la obra.
Altar para el oratorio Bocabella
(1885-1890)
Calle Mirambell, 4. Barcelona
El librero Josep Maria Bocabella i Verdaguer, impulsor de la construcción del templo de la Sagrada Familia, encargó a Antoni Gaudí en 1885 el diseño de un altar para su casa. Bocabella obtuvo la licencia papal para celebrar misa en su oratorio privado a finales de 1890, fecha en la que el altar ya debería estar completado. Esta pieza es propiedad actualmente de un coleccionista particular. El altar es de madera de caoba, decorada con motivos vegetales, tanto en las patas que sujetan el ara como en la predela del retablo. El ara incorpora una cavidad para guardar reliquias y justo en medio del retablo hay un sagrario con tres ángeles y una puerta forrada con un damasco con las letras alfa y omega. El retablo se completa con retratos de san Francisco de Paula, santa Teresa de Jesús y la Sagrada Familia, coronados por una cenefa de hojas de tela y madera.
Elementos decorativos para los jardines de la Finca Güell
(1884-1885)
Avenida Diagonal. Barcelona
Además de reformar la casa solariega y proyectar la valla y los pabellones de entrada, Antoni Gaudí diseñó para la finca de Eusebi Güell en Les Corts y Sarrià algunos elementos decorativos y de recreo de los jardines, donde también se encargó de la plantación de árboles y arbustos mediterráneos. El arquitecto construyó dos miradores –uno encima de la valla de la finca y el otro en el tejado de la casa–, una pérgola con hierros de forma parabólica y dos fuentes: una dedicada a Santa Eulalia y la otra a Hércules. Estos elementos se sumaban al templete oriental construido en 1881 para los jardines del palacio de Antonio López en Comillas, que en 1883 había sido trasladado a la Finca Güell. A excepción de la fuente de Hércules, que todavía se conserva, todas estas intervenciones desaparecieron en el primer tercio del siglo XX, a raíz de la transformación de la finca en Palacio Real, momento en que también se eliminó un picadero construido por Gaudí en el interior de los jardines.
Altar de la capilla de Jesús María de Tarragona
(1880-1884)
Capilla de Jesús María de Tarragona. Tarragona
La única obra que realizó Gaudí en su provincia natal es el altar de la capilla del Colegio de Jesús María en la ciudad de Tarragona. La intervención del arquitecto en la capilla se inició una vez esta fue bendecida, en diciembre de 1879, por el vicario Joan Baptista Grau i Villaspinós, que años más tarde sería obispo de Astorga y encargaría a Gaudí el Palacio Episcopal de la ciudad leonesa. De bella policromía, el altar de Gaudí está realizado con alabastro y mármol y presenta en el frontal del ara tres ángeles en relieve sobre un fondo azul con estrellas doradas. En la parte posterior, dos escaleras de mármol conducen al imponente custodio cilíndrico, realizado en madera dorada y con dos ángeles en los laterales. Gaudí también diseñó para la capilla un conjunto de sitiales, que desaparecieron en 1936, al iniciarse la Guerra Civil, al igual que el custodio, aunque este se pudo recuperar posteriormente.
Decoración de la farmacia Gibert
(1879)
Paseo de Gràcia, 2. Barcelona
Antoni Gaudí recibió en 1879 el encargo de decorar la farmacia de Joan Gibert Casals, gracias a la mediación de Eusebi Güell, que, al igual que Gibert, tenía sus orígenes familiares en la localidad tarraconense de Torredembarra. Para la farmacia del paseo de Gràcia de Barcelona –desaparecida hace ya muchas décadas–, Gaudí concibió prácticamente todos los elementos: el letrero superior con el nombre del propietario, dos paneles en los laterales de la entrada con relieves de serpientes –símbolo de la medicina–, la puerta vidriada y los escaparates laterales con decoración vegetal incisa, un elegante banco de madera tallada y un mostrador de marquetería con ornamentos geométricos. Todos estos elementos constituían una primera muestra de la maestría de Gaudí en el diseño de mobiliario de madera.
Altar y decoración de la iglesia de Jesús María de Sant Andreu del Palomar
(1879-1881)
Parroquia de Sant Pacià y Colegio de Jesús María de Sant Gervasi. Barcelona
Al morir su hermana en 1879, Antoni Gaudí se hizo cargo de su sobrina, Rosa Egea, a la que internó en el Colegio de Jesús María de Tarragona. A partir del contacto con esta orden de religiosas surgieron un par de encargos para el arquitecto. El primero que llevó a cabo fue la realización de diferentes elementos para la iglesia del Colegio de Jesús María de Sant Andreu de Palomar –antiguo municipio que actualmente está incorporado a la ciudad de Barcelona. Para esta iglesia, construida entre 1876 y 1881, Gaudí realizó, a partir de 1879, un altar de estilo neogótico, un custodio de influencia bizantina, un pavimento mosaico de inspiración romana y una serie de candelabros de pared. El altar y el custodio desaparecieron en el incendio del templo durante la Semana Trágica de 1909. En la iglesia, actualmente la parroquia de Sant Pacià, tan solo se conserva parte del mosaico, realizado con piezas de mármol, vidrio y terracota de diversos colores, que dibujan formas geométricas y flores. Los candelabros también se conservan, en este caso en el Colegio de Jesús María de Sant Gervasi de Cassoles, donde fueron trasladados por las religiosas en 1890, cuando vendieron el colegio de Sant Andreu de Palomar a los Hermanos Maristas. Se trata de originales apliques de madera dorada en los que la vela se sujeta en la boca de un dragón alado.
Vitrina de la guantería Comella
(1878)
Barcelona-París
Esteve Comella, propietario de una lujosa guantería en la calle Avinyó de Barcelona, encargó a Gaudí una vitrina para exponer sus productos en la Exposición Universal de París, inaugurada en mayo de 1878. El arquitecto diseñó una original estructura de madera, hierro y vidrio, coronada con metales en formas vegetales, en cuyo interior los guantes se exponían en un mueble de estanterías. La vitrina de Gaudí despertó gran entusiasmo entre los visitantes y el establecimiento Comella recibió una medalla de plata de la exposición. Uno de los admiradores de aquella pequeña joya exhibida en París fue el industrial catalán Eusebi Güell i Bacigalupi, quien al volver a Barcelona quiso conocer al joven creador de la vitrina. Presentados por Esteve Comella en el taller de carpintería de Eudald Puntí, Gaudí y Güell en seguida se hicieron amigos e iniciaron una fructífera relación profesional.
Estandarte y decoración para la Cooperativa Obrera Mataronense
(1874-1885)
Estandarte y decoración para la Cooperativa Obrera Mataronense
En sus años de juventud, entre 1873 y 1885, Antoni Gaudi mantuvo una estrecha relación de amistad con Salvador Pagesi Anglada, insdustrial textil simpatizante del socialismo utópico, que en el año 1864 habia fundado la Cooperativa Obrera Mataronense, instalada primero en Gracia y, desde 1874, en Mataró. Gaudi colaboró intensamente en la planificación de las instalaciones de la cooperativa, junto con el arquitecto Emili Cabañes y el ingeniero Joan Brunet. Gaudi firmo el plano del conjunto de las construcciones y proyectó personalmente algunas de estas, como dos casitas para obreros (construidas entre 1878 y 1879), un casino recreativo (proyecto de 1878 que nunca se llegó a construir), un pabellón urinario y la nave de blanqueo de las telas.
El pabellón urinario y la nave de blanqueo son las unicas edificaciones que han llegado hasta nuestros dias. El pabellón urinario es un pequeño pabellón cilindrico con algunos motivos ceramicos. La sala de blanqueo, construida entre 1882 y 1885, es una gran nave de acabados sencillos que destaca por estar edificada con los tradicionales arcos parabólicos de Gaudi -utilizados aqui por primera vez- creados con estructuras de maderas montadas con pernos.
Farolas para el Ayuntamiento de Barcelona
(1878)
Plaza Reial, paseo Nacional y Pla de Palau. Barcelona
En sus años de juventud, entre 1873 y 1885, Antoni Gaudi mantuvo una estrecha relación de amistad con Salvador Pagesi Anglada, insdustrial textil simpatizante del socialismo utópico, que en el año 1864 habia fundado la Cooperativa Obrera Mataronense, instalada primero en Gracia y, desde 1874, en Mataró. Gaudi colaboró intensamente en la planificación de las instalaciones de la cooperativa, junto con el arquitecto Emili Cabañes y el ingeniero Joan Brunet. Gaudi firmo el plano del conjunto de las construcciones y proyectó personalmente algunas de estas, como dos casitas para obreros (construidas entre 1878 y 1879), un casino recreativo (proyecto de 1878 que nunca se llegó a construir), un pabellón urinario y la nave de blanqueo de las telas.
El pabellón urinario y la nave de blanqueo son las unicas edificaciones que han llegado hasta nuestros dias. El pabellón urinario es un pequeño pabellón cilindrico con algunos motivos ceramicos. La sala de blanqueo, construida entre 1882 y 1885, es una gran nave de acabados sencillos que destaca por estar edificada con los tradicionales arcos parabólicos de Gaudi -utilizados aqui por primera vez- creados con estructuras de maderas montadas con pernos.
Muebles y templete para el primer Marqués de Comillas
(1878-1881)
Muebles y templete para el primer Marqués de Comillas
En sus años de juventud, entre 1873 y 1885, Antoni Gaudi mantuvo una estrecha relación de amistad con Salvador Pagesi Anglada, insdustrial textil simpatizante del socialismo utópico, que en el año 1864 habia fundado la Cooperativa Obrera Mataronense, instalada primero en Gracia y, desde 1874, en Mataró. Gaudi colaboró intensamente en la planificación de las instalaciones de la cooperativa, junto con el arquitecto Emili Cabañes y el ingeniero Joan Brunet. Gaudi firmo el plano del conjunto de las construcciones y proyectó personalmente algunas de estas, como dos casitas para obreros (construidas entre 1878 y 1879), un casino recreativo (proyecto de 1878 que nunca se llegó a construir), un pabellón urinario y la nave de blanqueo de las telas.
El pabellón urinario y la nave de blanqueo son las unicas edificaciones que han llegado hasta nuestros dias. El pabellón urinario es un pequeño pabellón cilindrico con algunos motivos ceramicos. La sala de blanqueo, construida entre 1882 y 1885, es una gran nave de acabados sencillos que destaca por estar edificada con los tradicionales arcos parabólicos de Gaudi -utilizados aqui por primera vez- creados con estructuras de maderas montadas con pernos.
Pupitre de trabajo
(1878)
Pupitre de trabajo
En sus años de juventud, entre 1873 y 1885, Antoni Gaudi mantuvo una estrecha relación de amistad con Salvador Pagesi Anglada, insdustrial textil simpatizante del socialismo utópico, que en el año 1864 habia fundado la Cooperativa Obrera Mataronense, instalada primero en Gracia y, desde 1874, en Mataró. Gaudi colaboró intensamente en la planificación de las instalaciones de la cooperativa, junto con el arquitecto Emili Cabañes y el ingeniero Joan Brunet. Gaudi firmo el plano del conjunto de las construcciones y proyectó personalmente algunas de estas, como dos casitas para obreros (construidas entre 1878 y 1879), un casino recreativo (proyecto de 1878 que nunca se llegó a construir), un pabellón urinario y la nave de blanqueo de las telas.
El pabellón urinario y la nave de blanqueo son las unicas edificaciones que han llegado hasta nuestros dias. El pabellón urinario es un pequeño pabellón cilindrico con algunos motivos ceramicos. La sala de blanqueo, construida entre 1882 y 1885, es una gran nave de acabados sencillos que destaca por estar edificada con los tradicionales arcos parabólicos de Gaudi -utilizados aqui por primera vez- creados con estructuras de maderas montadas con pernos.
BIOGRAFÍA
¿Conoces la historia personal de Antoni Gaudí? Toda la información sobre la vida del arquitecto catalán la encontrarás en los muros interactivos de Gaudí Experiència.
Antoni Gaudí i Cornet nació el 25 de junio de 1852 en el Camp de Tarragona. Según algunas fuentes, en la ciudad de Reus, donde fue bautizado; y según otras, en la masía de la Calderera de Riudoms, localidad vecina de donde procedía su familia. El padre y los abuelos de Gaudí eran caldereros y, tal y como afirmaría el propio Gaudí, de la observación del trabajo de los caldereros obtuvo su especial habilidad para tratar el espacio en tres dimensiones. Otro hecho relevante en la infancia de Gaudí fue su delicada salud, que le obligó a pasar temporadas de reposo en la masía de Riudoms. Allí dedicó muchas horas a la contemplación de la naturaleza, de la que extraería lecciones que aplicaría en su obra arquitectónica.
Después de cursar los estudios de secundaria en los Escolapios de Reus, Antoni Gaudí se trasladó, en el año 1869, a Barcelona con su hermano mayor. En la capital catalana acabó el bachillerato y, superados los cursos preliminares, en 1873 ingresó en la Escuela Provincial de Arquitectura, donde fue un estudiante irregular, pero que ya manifestaba algunas muestras de genialidad, lo que le abrió las puertas para colaborar con algunos de sus profesores. Una vez obtenido el título de arquitecto en enero de 1878, Gaudí se estableció por su cuenta, con despacho propio. Unos meses más tarde se produjo otro acontecimiento crucial en su carrera: conoció al industrial Eusebi Güell i Bacigalupi, con quien inició una relación de amistad y profesional de por vida. Gran parte de las obras de Gaudí fueron encargos de Güell, su cliente más entusiasta.
La ascensión de Gaudí como uno de los arquitectos más destacados de la primera generación modernista fue meteórica. En la última década del siglo XIX, cuando completó el Palacio Güell, ya era uno de los autores de más renombre de Barcelona. Con esta obra, Gaudí cerró una primera etapa de juventud, marcada por una personal revisión de la arquitectura gótica y musulmana, en la que se incluyen edificios como la Casa Vicens, El Capricho, los pabellones de la Finca Güell, la cripta de la Sagrada Familia, el Colegio de las Teresianas o el Palacio Episcopal de Astorga. De 1890 en adelante, Gaudí perfeccionó el dominio del espacio arquitectónico y las artes aplicadas hasta convertir su obra en algo único, insólito, incomparable con el resto de la arquitectura modernista de la época. Se trata de la etapa de madurez de Gaudí, en la que las obras maestras se sucedieron una detrás de otra: la Torre Bellesguard, el parque Güell, la restauración de la catedral de Mallorca, la iglesia de la Colonia Güell, la Casa Batlló, La Pedrera y la fachada del Nacimiento de la Sagrada Familia.
El esplendor de la arquitectura gaudiniana coincidió, en el ámbito personal, con un progresivo retraimiento. Gaudí se alejó cada vez más de la vida social, a la vez que desarrollaba un intenso sentimiento religioso. En 1914 abandonó todas las obras para concentrarse en el proyecto de la Sagrada Familia, templo que quería dejar muy avanzado para las siguientes generaciones, consciente de que él no lo vería completado. Efectivamente, Gaudí tan solo vio acabada una de las torres. El 10 de junio de 1926, el arquitecto murió a consecuencia de las heridas sufridas al ser atropellado por un tranvía. Al cabo de dos días, era enterrado en la Sagrada Familia, después de un multitudinario funeral: gran parte de los barceloneses salieron a la calle a rendir homenaje al arquitecto más genial y universal que nunca ha dado la ciudad.
AÑO A AÑO
1873-1877
Mientras estudia arquitectura, Gaudí colabora profesionalmente con algunos de sus maestros y recibe sus primeros encargos. También visita con frecuencia los talleres del ebanista Eudald Puntí y del escultor Llorenç Matamala, en la calle de la Cendra de Barcelona. Ambos artistas, que se convertirán en fieles colaboradores de Gaudí, le enseñan los secretos de las artes aplicadas a la arquitectura.
1874
Gaudí diseña el emblema de la Cooperativa Obrera Mataronense.
1874-1878
Gaudí realiza el servició militar, coincidiendo con la Tercera Guerra Carlina, en la que no se ve obligado a participar.
1875-1882
Gaudí trabaja como delineante para el maestro de obras Josep Fontserè i Mestre y colabora en las intervenciones de este en el nuevo Parque de la Ciutadella de Barcelona.
1876
Gaudí trabaja para el profesor de construcción Leandre Serrallach i Mas en el proyecto de una casa de recreo al pie de Montjuïc, Villa Arcàdia, que no se construye. También colabora con la compañía que tenía que hacer llegar el tranvía hasta allí.
1876-1877
Gaudí trabaja de delineante para Francisco de Paula del Villar i Lozano, catedrático de la Escuela de Arquitectura. Dibuja diferentes intervenciones en el Monasterio de Montserrat, entre ellas el camarín de la Virgen, en el que Gaudí hace aportaciones personales.
1 Julio 1876
Muere el hermano mayor de Gaudí, Francesc, a los veinticinco años, poco después de recibir el título de Medicina, profesión que no llega a ejercer.
8 Septiembre 1876
Muere en Reus la madre de Gaudí, Antònia Cornet i Bertran. Poco después, su padre, Francesc Gaudí i Serra, cierra la calderería y se traslada a vivir a Barcelona con su hijo.
1 Abril 1877
Gaudí presenta propuestas a un concurso de dibujos para su aplicación a la industria, convocado por el Ateneu Barcelonès. No gana ningún premio.
1878
Al acabar la carrera, Gaudí instala su estudio en el barrio del Call y se hace imprimir su tarjeta profesional, con diseño propio.
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